Quizá deba escribirte una carta de despedida diciéndote que lo mejor sería olvidarte por completo pero eso, cariño, ya lo he intentado y no da resultado alguno.
Quizá y sólo quizá debería de escribirte una jodida carta de despedida para dejarla guardada en el fondo del más oscuro cajón y tú, tú sólo deberías de estar fuera de mi corazón, muy lejos de él pero como eso no es posible me conformo con que te quedes escondido en los más oscuro y profundo de mi corazón, mi mente y mis recuerdos. Pero, por favor, no salgas de allí. Quiero hacer mi vida normal con alguien que me quiera de verdad y sin importarle nada ni nadie (no como tú) y sin ningún impedimento y si tú estás como presente por mi mente y corazón no podré hacerlo. Porque a quien voy a engañar, cariño, te quiero sólo a ti aunque me duela en el alma y haga daño a todo el que se cruce en mi camino. Pero no sé que hacer, la jodida desesperación se apodera mi ser. Quiero olvidarte y a la vez no. Todo esto es muy pero que muy jodido. Tan sólo aléjate de mí, de mi vida y yo, yo tan sólo intentaré que tú y tu recuerdo no vuelvan a salir a la luz. Me da igual si para ello tengo que ponerme tal coraza que haga que no pueda amar de nuevo pero haré todo lo que pueda por olvidarte o al menos intentarlo y que con ello no vuelvas a hacerme daño. Porque cariño, a lo largo de estos seis malditos años me has hecho daño, muchísimo daño. He llorado por ti tantos días que ya ni recuerdo la cifra exacta. Y es que, cariño, me has hecho llorar hasta en mis mejores días y no de felicidad, has hecho que me hunda más aún cuando creía que ya había tocado fondo. Y con todo eso, con todo lo que me has hecho, con todo lo que he sufrido por ti... aún te quiero. Y es que no puedo entenderlo, quizá y sólo quizá éste jodidamente enamorada de ti o no sé si esto se podría considerar amor pero si ni siquiera después de todo no puede considerarse así, aún no hay chico que me llegué a hacer sentir una ínfima parte como lo has hecho tú. Si eso no es amor, entonces no sé lo que es. Porque, cariño, solo contigo he notado como podía tocar las jodidas estrellas con cualquier roce tuyo pero también tú has sido el único en lograr que baje tan rápido desde esas estrellas hasta el jodido suelo que he llegado a tragármelo en menos de un milisegundo. Y duele. Duele mucho que haya sufrido tanto por ti sin merecérmelo. Dueles mucho y más en días como estos. En días en los que apareces de la nada, lo descolocas todo y haces que llueva acompañando el día. Apareces como esas tormentas de verano que llegan sin avisar, dejan el diluvio en tu propia habitación mientras llega el huracán de los recuerdos y cuando llega se van esas jodidas tormentas de verano que lo han cambiado todo y ya nada vuelve a ser igual que antes de ellas.
Pues eso, cariño, es lo que me pasa contigo cada vez que me hablas sin motivo aparente. Llegas de la nada, entras en mi corazón (de nuevo y sin permiso alguno), lo descolocas absolutamente todo y te vas sin ordenar nada y me dejas hecha un puto mar de dudas. Y por eso quiero que te marches de mi vida, a ser posible para siempre, para que no vuelva a vivir más sensaciones como estas. No quiero más tormentas de verano, que durante estos jodidos seis años ya he tenido bastantes y no quiero seguir sumándole cada vez mas al número de tormentas de verano producidas o tan sólo a esos jodidos seis años, que van camino de siete pero espero que consiga olvidarte antes de que llegue nuestro séptimo aniversario de enamorados o mejor dicho mi séptimo aniversario enamorada de ti. Porque sé que si consigo pasar este año, este séptimo año, llegará el octavo con él, el noveno y así serán todos los Diciembres de mi vida, sumándole un número más a un amor más que imposible mientras va llegando el frío sin ti y yo voy muriendo un poquito más cada Diciembre.
ADIÓS.
Quizá y sólo quizá debería de escribirte una jodida carta de despedida para dejarla guardada en el fondo del más oscuro cajón y tú, tú sólo deberías de estar fuera de mi corazón, muy lejos de él pero como eso no es posible me conformo con que te quedes escondido en los más oscuro y profundo de mi corazón, mi mente y mis recuerdos. Pero, por favor, no salgas de allí. Quiero hacer mi vida normal con alguien que me quiera de verdad y sin importarle nada ni nadie (no como tú) y sin ningún impedimento y si tú estás como presente por mi mente y corazón no podré hacerlo. Porque a quien voy a engañar, cariño, te quiero sólo a ti aunque me duela en el alma y haga daño a todo el que se cruce en mi camino. Pero no sé que hacer, la jodida desesperación se apodera mi ser. Quiero olvidarte y a la vez no. Todo esto es muy pero que muy jodido. Tan sólo aléjate de mí, de mi vida y yo, yo tan sólo intentaré que tú y tu recuerdo no vuelvan a salir a la luz. Me da igual si para ello tengo que ponerme tal coraza que haga que no pueda amar de nuevo pero haré todo lo que pueda por olvidarte o al menos intentarlo y que con ello no vuelvas a hacerme daño. Porque cariño, a lo largo de estos seis malditos años me has hecho daño, muchísimo daño. He llorado por ti tantos días que ya ni recuerdo la cifra exacta. Y es que, cariño, me has hecho llorar hasta en mis mejores días y no de felicidad, has hecho que me hunda más aún cuando creía que ya había tocado fondo. Y con todo eso, con todo lo que me has hecho, con todo lo que he sufrido por ti... aún te quiero. Y es que no puedo entenderlo, quizá y sólo quizá éste jodidamente enamorada de ti o no sé si esto se podría considerar amor pero si ni siquiera después de todo no puede considerarse así, aún no hay chico que me llegué a hacer sentir una ínfima parte como lo has hecho tú. Si eso no es amor, entonces no sé lo que es. Porque, cariño, solo contigo he notado como podía tocar las jodidas estrellas con cualquier roce tuyo pero también tú has sido el único en lograr que baje tan rápido desde esas estrellas hasta el jodido suelo que he llegado a tragármelo en menos de un milisegundo. Y duele. Duele mucho que haya sufrido tanto por ti sin merecérmelo. Dueles mucho y más en días como estos. En días en los que apareces de la nada, lo descolocas todo y haces que llueva acompañando el día. Apareces como esas tormentas de verano que llegan sin avisar, dejan el diluvio en tu propia habitación mientras llega el huracán de los recuerdos y cuando llega se van esas jodidas tormentas de verano que lo han cambiado todo y ya nada vuelve a ser igual que antes de ellas.
Pues eso, cariño, es lo que me pasa contigo cada vez que me hablas sin motivo aparente. Llegas de la nada, entras en mi corazón (de nuevo y sin permiso alguno), lo descolocas absolutamente todo y te vas sin ordenar nada y me dejas hecha un puto mar de dudas. Y por eso quiero que te marches de mi vida, a ser posible para siempre, para que no vuelva a vivir más sensaciones como estas. No quiero más tormentas de verano, que durante estos jodidos seis años ya he tenido bastantes y no quiero seguir sumándole cada vez mas al número de tormentas de verano producidas o tan sólo a esos jodidos seis años, que van camino de siete pero espero que consiga olvidarte antes de que llegue nuestro séptimo aniversario de enamorados o mejor dicho mi séptimo aniversario enamorada de ti. Porque sé que si consigo pasar este año, este séptimo año, llegará el octavo con él, el noveno y así serán todos los Diciembres de mi vida, sumándole un número más a un amor más que imposible mientras va llegando el frío sin ti y yo voy muriendo un poquito más cada Diciembre.
Por eso voy a olvidarte. Después de todo, de todo lo pasado, de que pasaras de mí durante todo este tiempo y demás... lo más justo es que te olvide así que por favor vete de mi vida, aléjate de mí si de verdad me quieres o me aprecias o sientes un mínimo de aprecio o cariño por mí o lo que sea hazlo, joder, que ya bastante daño me has causado tanto a mí como los de mi alrededor. Por eso te pido esto, no quiero hacerle daño a nadie y quiero ser feliz así que márchate... que yo intentaré olvidarte.
ADIÓS.
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