Los días han ido pasando y van sumando,
Hasta llegar a treinta.
A treinta días,
De mayo a junio. Un puto mes del calendario que no he pasado a tu lado y eso, es jodido.
Me acostumbré tanto a ti, a tu esencia, a tus besos, caricias, abrazos, sonrisas, te quiero(s), a todo. Y de un día a otro me lo quitas y desapareces de mi vida cual huracán en cualquier tormenta tropical. Sin avisar, sin dejar rastro de tu huída pero dejando miles de destrozos en mí pero más en concreto en mi corazón. Lo dejaste completamente destrozado y ahora está cubierto por parches, puntos y tiritas de todas clases.
Pero aún así
siempre amaré que fueses ese huracán
de aquella tormenta tropical
que cambió mi vida a mejor.
Aunque sólo fuera por un instante.
De mayo a junio. Un mes más ha pasado. Todo ha cambiado. Aún me cuesta creerlo. No consigo superarlo por más que lo intento, no puedo y es frustrante. Muy frustrante porque te quiero, joder, aunque he de admitir que en este mes he conseguido odiarte, un poquito, por todo lo que me has hecho. Puede que esto no haya sido tu culpa, sé que no lo fue, pero tú fuiste quien tuvo la última palabra en todo momento y me hiciste daño. Tomaste una decisión difícil pensando que iba a ser lo mejor para ti, para mí, para los dos, para lo nuestro, pero te equivocaste y solo fue lo mejor para ti. Así me demostraste que actuaste como un completo egoísta y lo fuiste y lo eres.
Egoísta o no pero aún así,
te quiero,
y sé que me daría igual tener que volver a pasar por esto
si al fin te tengo de nuevo.
De mayo a junio. Treinta malditos días desde ese trágico veintitrés de mayo donde todo acabó y donde mi corazón se vistió de negro velando por un amor podrido que aunque me gustaría que floreciese de nuevo en la próxima primavera o en cada una de ellas pero sé que no será posible. Pues nuestro amor está muerto, incluso mucho más que eso, y por muchas primaveras que pasen que hagan florecer a todas las malditas flores que me recuerdan a ti no conseguirán florecer nuestro amor y eso, me duele.
Y hablando de primaveras,
si nuestro amor no estuviese tan muerto,
si al menos tuviera una mínima esperanza
que tanto me gustaría albergar
y más si se trata de ti,
de mí,
de lo nuestro (que ya no es)
pero si eso fuera así
y la primavera tuviera alguna solución
me encantaría hacerte
lo que la primavera hace con los cerezos.
De mayo a junio. Un maldito mes que ha pasado pero aún sigo penando por ello. No resurjo de mis cenizas cual ave fénix. Más quisiera yo poder ser tan fuerte y hacer eso de ‘borrón y cuenta nueva’ para poder empezar desde el principio con todo.
Pero lo que más me gustaría es poder empezar de 0
junto a ti, de nuevo.
Aunque de eso, cariño,
ya sé que me tendría que estar olvidando.
Pero no lo hago
y me odio por ello.
Tan solo van treinta días
y cada vez suman más,
duele.