Allí me encontraba. Esperando, no sé a que o a quien, pero esperando me hallaba. En aquella gran habitación repleta de todo tipo de lujos. No sabía muy bien porque me encontraba allí, sentada en la gran cama de aquella habitación. ¿Qué hacia en ese lugar? No tengo ni idea. Lo último que recuerdo es que estaba sentada, contemplando al río Sena con todo su esplendor. La naturaleza de aquel lugar me encantaba. A partir de ese recuerdo todo se desvanece. No hay ninguna imagen clara. No hay nada nítido. Excepto esta habitación, que parece de otro siglo.
Es una habitación antigua, con mucha luz que entra por la gran ventana que esta a la izquierda de la cama. La cama es enorme y con dosel, la colcha que la cubre es de tonos rosados. Los muebles son antiguos y elegantes, la pared está decorada por un papel que ya está desgastado y casi no le queda color y una chimenea en frente de la cama termina el conjunto. Todo es muy vintage, lo cual me gusta.
Me levanto y miro por la ventana que está abierta y entra una brisa primaveral, la cual se agradece. París está de fondo tan bonita como siempre, aunque la noto cambiada. Me aparto de la ventana y me fijo en cada pequeño detalle que encuentro. Lo miro todo con la curiosidad de una niña pequeña.
Encuentro una pequeña estantería un poco escondida cerca de la mesita. Hay un par de libros de música, un recetario y algunos de amor. Todos son antiguos. Curioseo uno de música, creo que es de un músico francés de hace un par se siglos. Estoy tan embelesada con él que el pequeño ruido que puede hacer el aleteo de un pequeño gorrión al entrar y posarse en la chimenea me asusta, pero su canto me tranquiliza. Quiero acercarme a él pero se percata de mí y sale volando. Dejando en la chimenea una pequeña pluma marrón. Una pluma de un pequeño gorrión.
Es una habitación antigua, con mucha luz que entra por la gran ventana que esta a la izquierda de la cama. La cama es enorme y con dosel, la colcha que la cubre es de tonos rosados. Los muebles son antiguos y elegantes, la pared está decorada por un papel que ya está desgastado y casi no le queda color y una chimenea en frente de la cama termina el conjunto. Todo es muy vintage, lo cual me gusta.
Me levanto y miro por la ventana que está abierta y entra una brisa primaveral, la cual se agradece. París está de fondo tan bonita como siempre, aunque la noto cambiada. Me aparto de la ventana y me fijo en cada pequeño detalle que encuentro. Lo miro todo con la curiosidad de una niña pequeña.
Encuentro una pequeña estantería un poco escondida cerca de la mesita. Hay un par de libros de música, un recetario y algunos de amor. Todos son antiguos. Curioseo uno de música, creo que es de un músico francés de hace un par se siglos. Estoy tan embelesada con él que el pequeño ruido que puede hacer el aleteo de un pequeño gorrión al entrar y posarse en la chimenea me asusta, pero su canto me tranquiliza. Quiero acercarme a él pero se percata de mí y sale volando. Dejando en la chimenea una pequeña pluma marrón. Una pluma de un pequeño gorrión.
Precioso! Como todo lo que escribes. Un besito.
ResponderEliminarhttp://unapromesadeazucar.blogspot.com.es/?m=1
Muchísimas gracias.
EliminarUn beso. <3