Quien no arriesga no gana,
o eso dicen,
o eso me dicen.
Al menos a mí
me lo decían
y creo, solo creo,
que gracias a ello
empecé a arriesgar
a arriesgar con todo.
Creo que gracias a ello
pude empezar a creer,
a creer en los sueños,
en mis jodidos sueños.
Y aunque a veces
he arriesgado
y no lo he conseguido
nunca he tirado la toalla
porque creo que ese dicho
es cierto, creo que
es la pura verdad.
Quien no arriesga
no gana
pero, también
quien no arriesga
no pierde.
Y a veces
es necesario perder
para aprender.
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