Hablemos de tormentas de verano
en Diciembre
cuando le conocí
que ni siquiera sabía que era tormenta,
tormenta de verano,
mi tormenta de verano preferida
que nunca aparece en verano
o sí, quién sabe
pero si lo hace en cada Diciembre
o no, quién sabe (de nuevo).
Que viene cuando quiere
pero con esos huracanes,
esos preciosos huracanes,
repletos de momentos,
recuerdos,
sentimientos,
sonrisas,
lágrimas,
amor,
...
siempre él,
siempre tormenta,
tormenta de verano,
al fin y al cabo.
Y eso, eso me encanta.
Me encanta
cuando aparece de la nada
o simplemente vuelve
a mí, a mi vida
y lo descoloca todo
entrando como una tempestad
en mi jodido corazón
para joderlo más aún
después de cada tormenta
de verano
con esos preciosos huracanes.
Pero joder,
que forma más bonito de hacerme daño,
¿no?
Porque sí,
me hago daño, tormenta,
queriéndote y queriendo a todos esos huracanes.
Me hago daño, poeta,
con cada tormenta
que permito entrar a mi corazón.
Porque aunque no quiera
o no deba,
o no sé qué
estoy enamorada de él, de ti, de tormenta,
de tormenta de verano
y sus huracanes.
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